Con la muerte de la tortuga gigante y única en su especie, George -ocurrida el domingo último en el Parque Nacional Galápagos- ambientalistas, biólogos y veterinarios coinciden en que el papagayo de Guayaquil también se encuentra en estado crítico, es decir, en riesgo de extinción.
El doctor Nelson Chiriboga, director del zoológico El Pantanal, señala que los factores que conllevan a la desaparición de las variedades son "la depredación de los bosques y la caza indiscriminada para comercializarlos como mascotas".
Hace 20 años se contabilizaban 40 parejas del papagayo de Guayaquil, ave emblemática de la ciudad, en la coordillera Chongón-Colonche (hábitat natural). En la actualidad, "la cifra ha disminuido considerablemente", citó Julio Baquerizo, titular de la Fundación Jambelí, quien comentó que la institución posee 4 parejas y 60 pichones, reproducidos en cautiverio para preservar a la especie.
El guacamayo Ara ambiguus guayaquilensis (nombre científico) consta en la lista roja de especies amenazadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), entidad que estima que dentro de 5 a 10 años podría desaparecer si no se toman los correctivos necesarios.
El ave, que puede alcanzar una longitud de 76 a 84 centímetros, es monogámico: solo tiene una pareja durante toda su vida y cuando enviudan pueden morir). Se alimenta de plantas y se reproduce una vez al año. Durante ese período la hembra coloca de 1 a 3 huevos, pero no todos son fértiles.
Para reproducir el papagayo, la Fundación Jambelí realizó varios esfuerzos porque el objetivo no fue fácil. Incluso, adecuaron las dimensiones de la jaula: 8 metros de largo por 3 metros de ancho y 3 de alto.
"Nosotros tenemos un proyecto junto con la Fundación Bosque Protector Cerro Blanco: hacer más grande la jaula para que los papagayos 'sociabilicen' entre ellos y en un futuro, se piensa en la liberación a su hábitat", reveló.
El biólogo René Rodríguez, director de la Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), precisó que cuando se extingue una especie "se pierden muchas funciones biológicas que están dentro del ecosistema, pues no se pueden recuperar. En el caso del Solitario George, estaba vivo pero se lo consideraba extinto porque había perdido su capacidad de reproducción", dijo.
Ana Piña, técnica del Parque Histórico de Guayaquil, manifestó que "es necesario actuar positivamente en pro de las especies. La situación es crítica, por lo tanto, desde hace más de 15 años, varias entidades están al cuidado de su protección".
Agregó que en el sitio realizan procesos de interacción entre los turistas y las diferentes clases de animales.