La agente fiscal de la Unidad Especializada Contra Delitos Ambientales de Ñeembucú, Claudia Alonso encabezó un procedimiento que permitió el rescate de un total de 47 cotorras.
Las aves estaban en poder de Mariana Medina Quintana, en el interior de bolsas de arpillera. La mujer, quien quedó detenida, incluso desarrolló una técnica para suprimir el chillido de las aves, mojándolas, lo que provocaba el adormecimiento de las cotorras.
Medina fue imputada por transgresión de las Leyes 96/92 de Protección a la Vida Silvestre y 716/96, que sanciona a los que cometan delitos Contra el Medio Ambiente.
El operativo fue desarrollado en la zona conocida como Puerto Itá, del distrito de General Díaz.
En su declaración, la detenida señaló que se trasladaba a la República Argentina, donde pretendía comercializar las aves protegidas. Medina quedó a disposición del Juzgado Penal de Garantías.