El avistaje de aves, una nueva alternativa en el Cóndor. Unas doscientes especies de aves se pueden observar en las playas de la villa marítima. El principal protagonista es el loro barranquero.
Como acompañante del turismo de sol y playa que está alcanzando su etapa de madurez, emergió una nueva tendencia en el balneario El Cóndor: el avistaje de aves.
En la zona asignada -monte, dunas, playas, acantilados y estuario del río Negro- despiertan la curiosidad alrededor de 200 especies.
Es muy factible, identificar tijeretas, churrinches, chimangos y halcones. Sin embargo el protagonista principal es el loro barranquero. En los acantilados de la villa marítima de Viedma, y junto al emblemático Faro Río Negro, se encuentra una de las principales colonias de Sudamérica.
El servicio de guiado es gratuito dentro del Programa Municipal de "Avi-turismo", que está a cargo de los biólogos Mauricio Faillá, Mariano Soricetti y Marina Wintter.
Para llevarlo a la práctica, Faillá -integrante de la Fundación Cethus que estudia el delfín "franciscana" en peligro de extinción- diseñó cuatro senderos. Desde allí, se puede espiar a los pájaros mediante el uso de prismáticos y manuales para el reconocimiento de cada especie. Como complemento, se instaló cartelería vial en el sector de la playa de la desembocadura del río Negro, y en el monumento a Ceferino Namuncurá, emplazado en el inicio del acantilado contiguo a la villa.
Las excursiones son de a pie, se extienden por espacio de una hora y media de duración. Están programadas para los días jueves, viernes y sábados desde la 19 en el transcurso de enero y febrero.
"Para disfrutar de toda la caminata y de las descripciones, es recomendable que los interesados usen ropa liviana, zapatillas y hasta una cantimplora con agua", sostiene Faillá.
Destaca que "si bien el avistaje de aves ya atrae a turistas nacionales y de muchos países, especialmente europeos; es la primera vez que un municipio costero de la Patagonia decide hacerlo de manera masiva y gratuita".
Durante la presentación del plan para esta temporada veraniega, el intendente de Viedma José Luis Foulkes, puso de manifiesto que la iniciativa será promovida especialmente entre los prestadores turísticos y vecinos.
La idea es no sólo que conozcan su potencial. Se espera que pueda extender la temporada, y que aparezca como una alternativa cuando por razones climáticas no se pueda disfrutar de la playa.
Conforme, el subsecretario de Turismo Sergio Pappático, mencionó que como estímulo se distribuirán a turistas y visitantes de la Comarca Viedma-Patagones varios folletos especialmente diseñados para indicar las características de los senderos de avistaje. Estos muestran los diversos ambientes y su fauna: las aves del Monte y las dunas, del estuario y la marisma del Río Negro, las del acantilado y las aves playeras.
Estrechos colaboradores
La cara visible de esta nueva oferta turística se complementa con 12 informantes, quienes fueron capacitados previamente sobre "Avi-fauna". Operan desde las oficinas de Turismo de Viedma y El Cóndor e invitan a los visitantes a disfrutar de la observación de aves. Asimismo, responden consultas vía teléfonica en el 02920-427171 y tienen activo el correo electrónico: infoturismo@viedma.gov.ar.
Antecedentes
Este programa se basa en los trabajos científicos que, desde 1998, realizan en la zona los investigadores del Proyecto Loro Barranquero. Se trata de un programa financiado por la Organización no gubernamental WCS. Lo dirigen Juan Masello, un ornitólogo argentino a cargo del Plan Mundial de Conservación de Loros y Petra Quillfeldt. Ambos dan cátedra en la Universidad Justus Liebig Giessen de Alemania.
Una vez más se demuestra la potencialidad del estuario del Río Negro para el turismo de observación de aves: un segmento en franco crecimiento a nivel mundial y regional. Esta diversificación turística dará lugar a que el común de la gente pueda valorizar, y de paso brindar un homenaje, a Guillermo Enrique Hudson (1841, Quilmes, Buenos Aires-1922, Inglaterra).
Este naturalista, considerado el padre de la Ornitología argentina, ofreció desde 1893, una exacta descripción de observaciones ornitológicas. En su obra "Días de ocio en la Patagonia transmite su experiencia sobre el comportamiento migratorio de las golondrinas.