Un grupo de científicos anunció hoy el primer nacimiento, en 144 años, de una pareja de cotorras puertorriqueñas en un nido natural en estado silvestre y fuera de los predios del bosque tropical El Yunque.
Varios directivos de agencias ambientales locales y estadounidenses ofrecieron hoy en una conferencia de prensa detalles sobre este avance en la conservación de las cotorras puertorriqueñas (Amazona vittata).
Explicaron que la pareja nació en los predios del aviario José L. Vivaldi Lugo, del Bosque Estatal de Río Abajo, ubicado entre Arecibo y Utuado, al norte de Puerto Rico.
Ese es uno de los dos lugares habilitados para que se reproduzcan las cotorras criadas en cautiverio para propósitos de la recuperación de esta especie en peligro de extinción, detalló la secretaria del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Carmen Guerrero Pérez.
Los científicos del DRNA divisaron el nido por primera vez el pasado 14 de mayo. Desde entonces lo han vigilado y han documentado todo el proceso mediante cámaras, lo que permitió observar cómo los dos polluelos salieron volando del nido los días 21 y 22 de julio.
"El nacimiento de estos dos polluelos de cotorra puertorriqueña que alzaron vuelo para unirse a la población silvestre es el indicativo más importante de los pasos de avance de recuperación de la especie", destacó Guerrero Pérez.
La titular resaltó que el nacimiento de este par de cotorras "es un logro que trasciende las fronteras de Puerto Rico en el campo de la investigación científica", y que además "representa una esperanza para esta ave, que es uno de los símbolos más emblemáticos de la cultura puertorriqueña".
Destacó además el trabajo de los científicos del DRNA, de los efectivos de la región sureste del Servicio federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS) y del Servicio Forestal federal, que componen el Programa de Recuperación de la Cotorra Puertorriqueña.
Indicó que la labor de este grupo de expertos ha marcado un "aumento constante de nacimientos de cotorras en cautiverio, la población silvestre y en la cantidad de pichones que han sido liberados".
Por ello, anunció que "próximamente estableceremos una tercera población en el Bosque estatal de Maricao".
La directora del USFWS, Cynthia Dohner, agregó que el nacimiento del par de cotorras acerca la meta de "contar con una población completamente autosuficiente capaz de sobrevivir sin la asistencia o intervención humana, un objetivo fundamental de cualquier programa de recuperación de una especie en peligro de extinción".
El USFWS es la agencia que regula a nivel federal el manejo de las especies en peligro de extinción.
La cotorra puertorriqueña se distingue por su color verde brillante con una banda roja en la frente, un anillo blanco alrededor del ojo y las plumas primarias azules.
Los juveniles son bastante parecidos a los adultos. Tanto hembras como machos son parecidos y miden aproximadamente doce pulgadas (treinta centímetros).
Durante el siglo XIX, la población de cotorras puertorriqueñas se rondaba el millón, pero para la década de los 50 se creía que apenas había 200 individuos.
En 1968, el ave fue incluida en la lista federal de especies en peligro de extinción. Cinco años más tarde, se inició el programa de recuperación con el establecimiento del primer programa de reproducción en cautiverio en El Yunque.
Veinte años después, se estableció el segundo aviario para reproducción en cautiverio en el Bosque Estatal de Río Abajo.
En el año 2000 se procedió a la primera liberación de ejemplares al estado silvestre en el Yunque, y en 2006 se hizo lo mismo en Río Abajo, donde hasta ahora, y desde hace 144 años, no se había detectado ningún nacimiento natural.