Liberan 15 cotorras puertorriqueñas en el Bosque Estatal de Río Abajo
Científicos del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) liberaron hoy 15 cotorras puertorriqueñas a la vida silvestre con el fin de continuar fortaleciendo la recuperación de esa ave en peligro de extinción.
El proceso de liberación inició a las 6 a.m. el 21 de enero de 2015 en el aviario José L. Vivaldi Lugo, del Bosque estatal de Río Abajo, entre Arecibo y Utuado, con un resultado muy positivo porque las cotorras salieron de la jaula sin contratiempos.
“La liberación de cotorras a la vida silvestre constituye un paso fundamental en el programa de recuperación de esta especie. Los siete científicos y trabajadores del aviario laboran incansablemente con cada individuo que nace en cautiverio para lograr su sobrevivencia, entrenarlos y finalmente, liberarlos”, declaró la secretaria del DRNA, Carmen Guerrero.
“Cada liberación que efectuamos tiene el propósito de que aumente el número de cotorras en la población silvestre y, al hacerlo, nos encaminamos paso a paso para que en un futuro no muy lejano la llamada iguaca por los taínos, pueda salir de la lista de especies en peligro de extinción”.
La liberación de hoy constituye la novena desde el establecimiento del aviario del DRNA en el año 2006. En el aviario quedan en cautiverio otras 204 cotorras en diferentes fases de entrenamiento. En la vida silvestre en los predios del Bosque estatal de Río Abajo, habita un número que oscila entre los 57 y los 108 individuos, de acuerdo a los censos más recientes.
En el Bosque Nacional El Yunque fue donde se estableció el primer aviario y allí existe también otra población de cotorras.
El DRNA y el Servicio federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS) y el Servicio Forestal federal (USFS)— las tres agencias que lideran el programa de recuperación de la cotorra— planifican en fecha cercana el establecimiento de una tercera población de cotorras en Maricao.
La mayoría de las 15 cotorras liberadas son jóvenes de un año o dos.
Previo a la liberación, las cotorras pasan por un proceso de entrenamiento que requiere que estén como mínimo un año en una jaula de vuelo y separadas del resto de las cotorras del aviario. La intención es que experimenten las condiciones más cercanas posibles a lo que será la vida silvestre, una vez sean liberadas. En esa etapa, se les alimenta con frutas naturales de las que encontrarán en el bosque, se les enseña a reconocer a los depredadores naturales y a maximizar su condición de física en la jaula de vuelo.
El año pasado, el programa reportó el nacimiento de dos cotorras puertorriqueñas en estado silvestre en un nido natural en el Bosque estatal de Río Abajo, acontecimiento que marcó un hito en 144 años de historia. Igualmente, nacieron 16 cotorras mediante el uso de nidos artificiales.
En el siglo 19, se estimó la población en más de un millón de cotorras puertorriqueñas, sin embargo para la década de 1950 se creía que apenas había 200 individuos. En el 1968, el ave fue incluida en la lista de la Ley federal de especies en peligro de extinción. Fue en el año 1973 cuando se inició el programa de recuperación con el establecimiento del primer programa de reproducción en cautiverio en El Yunque. En el 1993, se estableció el segundo aviario para reproducción en cautiverio en el Bosque estatal de Río Abajo.
En el año 2000, ocurrió la primera liberación al estado silvestre en el Yunque. En el 2006, los científicos liberaron cotorras a la vida silvestre en Río Abajo, a solo 8 años de establecido ese segundo aviario.