Siete especies de loros y cotorras se adaptan en Barcelona
Es la ciudad europea con el número más elevado de variedades de reproducción segura. La cotorra argentina o de pecho gris es la más habitual, pero también se pueden observar cacatúas y aratingas.
Barcelona no tiene el clima de Kinshasa ni de Jakarta, ni siquiera de Málaga, pero ello no ha sido impedimento alguno pata que siete especies de loros y cotorras se hayan aclimatado hasta el punto de reproducirse de forma natural. A las ya conocidas cotorras de pecho gris (Myopsitta monachus), observables desde hace ya dos décadas cerca de cualquier palmera, en los últimos años se han sumado otras cinco aves psitácidas. La última ha sido la cotorra de Nanday (Nandayus nenday). El ornitólogo Ricardo Ramos nos cuenta que al menos se sabe de la existencia de una pareja que se ha reproducido en un platanero de una de las calles de Barcelona. Si se conoce por donde transitan se las puede ver formando bandadas de 5 a 10 individuos.Se trata de la pareja adulta y el grupo familiar. A pesar de que las cotorras se han convertido en vecinos habituales en Valencia, palma y Málaga, entre otras ciudades, no existe ninguna constancia de cualquier otra ciudad europea con tanta variedad de especies.
Las seis nuevas psitácidas, son aún escasas, pero todas ellas se están documentando por el Instituto Catalán de Ornitología (ICO) y por la Sociedad Española de ornitología (SEO-Birdlife). Además de la Cotorra Nendaya, las especies que se reproducen son la cotorra de Kramer – presente desde hace más de tres décadas- y las más raras como la aratinga de cabeza azul (Aratinga acuticaudata), la aratinga mitrada (Aratinga mitrata), la aratinga de máscara roja (Aratinga erythrogenys) y el loro del Senegal (Poicephalus senegalus). También hay constanciade ejemplares sueltos de diversos periquitos, cacatúas y agapornis, aunque sin reproducción. Por lo que se refiere a la cotorra argentina y, sin que todavía haya terminado un inacabable censo, su población se estima en 2.000-3.000 individuos.
Loros y cotorras sobreviven con cierta facilidad porque has desarrollado unos hábitos alimentarios poco selectivos. Comen sobretodo dátiles y frutos del almez, pero no tienen ningún problema en aceptar otro tipo de comida como patatas fritas, palomitas, galletas, corteza de eucalipto y bayas de ciprés.
Todos los psitácidos son ejemplares que o bien se han escapado de sus jaulas o han sido puestos en libertad de forma inconsciente por sus propietarios, más todos sus descendientes. En general suelen despertar la simpatía de los ciudadanos.
Joan Carles Fernández Ordoñez, especialista en aves exóticas de SEO-Birdlife, recuerda que el fenómeno de Barcelona es común a otras grandes ciudades mediterráneas y considera que la gran diversidad que existe en Barcelona obedece al hecho de que existen más compradores caprichosos, aunque no descarta la influencia que puede tener la existencia de un puerto y un aeropuerto importantes así como parques urbanos con muchos árboles exóticos.